Freelancers: Otra vez atrapados por el cepo cambiario

Por Soledad Cuellar

El retorno del cepo cambiario, impuesto el 1º de septiembre pasado por el actual gobierno nacional, llega de la mano de una serie de medidas que inquietan a los freelancers que exportan servicios al extranjero. Tanto como a los empresarios cuyos productos también se venden en el mercado internacional.

La nueva medida obliga a las personas a respetar un máximo de compra y un máximo de transferencia de moneda extranjera. Y para superar la compra o la transferencia de aquellos máximos tienen la obligación de solicitar la autorización al Banco Central.

De acuerdo a las nuevas disposiciones, las personas jurídicas, es decir, las empresas y las instituciones, no podrán adquirir divisas con el fin de atesorar. Y además, serán obligados a liquidar los dólares de las exportaciones en pocos días.

El inconveniente surge para aquellos individuos que trabajan de manera independiente y que por lo general realizan trabajos especiales para el exterior y, en consecuencia, reciben su paga en moneda extranjera.

La circular A-6670 del Banco Central ordena que los cobros de exportaciones de servicios sean ingresados y liquidados dentro del mercado de cambios local en un plazo no mayor a los cinco días hábiles, a partir de la fecha de la percepción de los honorarios en el exterior, o en el país. O a partir de la acreditación del importe en las cuentas declaradas en el exterior.

 Con el spread se pierde

Estos cambios de divisas deben realizarse de acuerdo al precio al que se encuentre el tipo de cambio el día de la transacción.

El inconveniente surge cuando los profesionales quieren recuperar el capital en dólares. En primer lugar, porque tienen permitido solo un máximo de compra de diez mil dólares. Y,  en segundo lugar, porque al volver a cambiar el dinero en moneda extranjera pierden dinero con el spread. Lo que significa que son víctimas de la diferencia del precio al que vendieron y al que nuevamente compraron la divisa extranjera.

Un caso claro de esta situación es aquel profesional freelancer que habiendo cobrado su trabajo en dólares, pesifica el monto al precio de compra del dólar establecido por el Banco central; por ejemplo a 55 pesos y que a continuación vuelve a cambiar los pesos a dólares, cuando el dólar a la venta está más alto: 58,50 pesos. Pierde, así, el caso del ejemplo, un seis por ciento del capital que había cobrado en concepto de honorarios.

En concreto, pese a que el negocio sigue siendo interesante, por cuanto en el contexto actual, es conveniente trabajar para algunos mercados internacionales, las normativas vigentes han logrado comprimir las ventajas. Es importante entender los beneficios legales que establecen los ordenamientos argentinos y en tal sentido amoldar la facturación y contratación a los fines de que estos cambios repentinos traigan el menor impacto posible en la actividad.

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